Final del sexenio
El 30 de noviembre terminará el sexenio del “Gobierno de la Gente”, pero continuarán las secuelas que dejará Humberto Moreira Valdés con su peculiar forma de gobernar Coahuila, gobierno que a pesar de la ociosa comparación que hacen los lacayos con el de Óscar Flores Tapia, en nada se pareció con el del ex gobernador fallecido.
Lo cierto, es que la gran deuda que Humberto Moreira contrató para Coahuila y a espaldas de los coahuilenses, seguirá pagándose durante los próximos 20 años hasta el 2031, lo que afectará a los siguientes tres sexenios y al primer tercio del cuarto.
También es verdad que el sexenio de Humberto Moreira llegará a su fin, exactamente igual que como empezó: sin transparencia en el gasto de los recursos de Coahuila y con la opacidad de no saber siquiera cuánto fue el costo de la renegociación de la deuda heredada a nuestro Estado.
Pese a que el gobernador electo, Rubén Moreira Valdez, hizo el compromiso electoral de que el orden financiero y la transparencia en el uso de los recursos serían sus divisas de gobierno, ninguno de los funcionarios humbertistas se hizo eco de la promesa del próximo gobernador, pues continuaron con sus prácticas despilfarradoras, el ocultamiento de la información y la actitud de “aquí no pasa nada”, como es notorio en el caso de Jericó Abramo Masso, quien en junio pasado todavía estaba regalando autos nuevos y cheques a los reporteros de la fuente municipal.
Asimismo, Jericó ha seguido dando rienda suelta a sus ocurrencias de junior, financiando plazas a sus “harbanos” libaneses, que en nada han ayudado al desarrollo de la tierra que los acogió, al contrario, se han dedicado a explotar la mano de obra de los mexicanos en sus negocios, y se han apropiado de grandes terrenos urbanos para encarecerlos.
Jericó también ha encarecido las obras públicas y ha desaparecido los recursos saltillenses, a tal grado que durante 2011 no hay obras municipales, de tal manera que está solicitando que el Congreso Estatal le autorice al municipio de Saltillo un crédito por 170 millones de pesos para instalar lámparas ahorradoras de energía en el alumbrado público, construir la planta tratadora de aguas residuales, continuar su ciclovía al poniente de la ciudad y construir el Biblioparque Norte. Ante la poca celeridad por autorizarle el endeudamiento, Jericó ya amenazó con “decirle a la gente, que si no hace estas obras, es porque el Congreso no le autorizó el crédito”. Mientras tanto Jericó ha despedido centenares de trabajadores del ayuntamiento y ha contratado a sus amigos en puestos ejecutivos. Pero Jericó no es el único de este tipo.
En el sexto informe, el gobernador interino, Jorge Torres López, nada dijo sobre el endeudamiento de Coahuila que fue realizado a espaldas de los ciudadanos y con documentación falsa. Se dedicó a dar cifras totales de inversión y gasto sin pormenores ni análisis de las cuentas. Y al parecer no cuadran los números, lo que seguramente será fuente de reclamos y acusaciones futuras, precisamente en tiempos electorales por la Presidencia.
La apuesta para la salvación de las finanzas de Coahuila está en que el PRI gane las próximas elecciones presidenciales, confiamos en que así sea, de lo contrario nadie sabe cuál es el futuro que le espera a Coahuila, mientras los ladrones del erario coahuilense continuan libres...
|